En el mundo culinario, a menudo se debate sobre el grado de cocción ideal de diferentes tipos de carne. Mientras que algunos prefieren sus bistecs bien jugosos, la seguridad alimentaria indica que las hamburguesas deben estar bien cocidas. En este artículo, exploraremos las razones por las cuales las hamburguesas poco cocidas presentan un mayor riesgo en comparación con el bistec poco cocido.
La clave radica en el proceso de molienda. Cuando la carne se muele para formar una hamburguesa, los posibles patógenos que se encuentran en la superficie del músculo se dispersan por todo el trozo de carne. Esto significa que si la hamburguesa no se cocina lo suficiente, esos microorganismos peligrosos aún estarán presentes en el interior, aumentando significativamente el riesgo de intoxicación alimentaria.
Por el contrario, en el caso del bistec, los patógenos se encuentran principalmente en la superficie. Siempre que se selle adecuadamente el exterior, incluso si el interior se deja más jugoso, la mayor parte de los microorganismos habrán sido eliminados, haciendo que el bistec sea más seguro para el consumo cuando se cocina a menor temperatura.
Para garantizar la seguridad, los expertos en seguridad alimentaria recomiendan que las hamburguesas se cocinen hasta alcanzar una temperatura interna de 160°F (71°C), lo que las convierte en un plato bien cocido. Por otro lado, los bistecs pueden disfrutarse más jugosos, siempre y cuando se alcance una temperatura interna de 145°F (63°C).
El uso de un termómetro de cocina es fundamental para asegurarse de que se alcanzan las temperaturas adecuadas, ya que confiar únicamente en el aspecto o la textura puede ser engañoso. Sigue estas pautas y disfruta de tus comidas con la tranquilidad de que has tomado las medidas necesarias para prevenir cualquier problema de salud.